Retomando nuestro artículo de mediados de diciembre, una nueva entrega sobre lo que le conviene comer a cada signo.
Los geminianos suelen ser moderados con la mesa, prudentes. Son de comer bien, es decir, productos alimenticios y sanos, aunque no en demasía. No suelen tener problemas con su peso durante sus años activos, aunque precisan moderar la ingesta de alimentos a partir de los 35. Si un Géminis necesita dieta, que la comience un miércoles. Los cereales le caen bien, así como las frutas de estación, pero se recomienda no comer mucho melón. Consuman zanahorias, papas hervidas o al horno, arroz integral, compota de ciruelas. Es mejor que se abstengan de los dulces. El ají seco, molido, con prudencia, les sirve de estimulante, y la pimienta blanca.
En cuanto a los Cangrejos, ellas, sobre todo, suelen ser rellenitas. Y se ven bien así. Es un error contrariar a la naturaleza. Tienen un buen aparato digestivo. Casi nada les cae mal. Pero harán bien en reemplazar con miel de abejas el consumo de azúcar. Se recomiendan carnes rojas a la plancha y mucho pescado. Verduras, salvo fritas, en todas sus formas. Las espinacas, remolachas y acelgas son ideales. De vez en cuando, un poco de vino les cae de maravillas. Y la nuez moscada puede ser muy útil para aderezar el puré de papas. El pimentón puede comerse crudo en ensaladas. ¿Pimienta? Nunca. Muchos cítricos.
Leo posee alma de gourmet. La cocina francesa es perfecta para ellos. Suele vivir en estado de plena tensión: se preocupa demasiado por cada cosa. Así que es necesaria una dieta liviana y a la vez muy rica.
Excluya, entonces, las grasas, y cambie las carnes por pescados y aves. Condimente con tomillo, azafrán y laurel. No le tema a los cereales. Sea prudente con los pasteles y en especial con los postres. No debería tomar tanto café. Pruebe prepáreselo liviano. O reemplácelo por el mate cocido o el té. ¿Quesos? Todos los que quiera, pero sin abusar. Un poco de chocolate le haría bien, pero sólo si es tanto en tanto. Anímese a la ingesta prudente de las pastas, si son frescas. Una alimentación bien equilibrada y sobre todo sana será siempre conveniente para este signo de espíritu fogoso e inquieto.
Los virginianos suelen ser complicados pero ordenados. En la mesa, poseen un paladar delicado. Las damas suben con facilidad de peso, en especial después de los 30. Pero no les es difícil mantenerse en línea sin sacrificios. Elija quesos frescos poco grasos. Zapallo y muchas verduras, hortalizas y cebollas. Las carnes rojas, a la plancha. Pescados al horno o, los de carne dura, a la cacerola con tomates. Aléjese de los picantes y sea prudente con la sal. ¿Frutas? Peras, frutillas, cerezas, manzanas… Lo que quiera. Y cuidado con los alcoholes fuertes: les son mortíferos.